EL AGRADECIMIENTO Y LA GENEROSIDAD
ESTRATEGIA PEDAGOGICA PARA MEJORAR EL CLIMA ESCOLAR Y PROMOVER LA SANA CONVIVENCIA: VALORES EN ACCION
MAYO: EL AGRADECIMIENTO Y LA GENEROSIDAD
Lo sabemos, en ocasiones no es nada fácil adentrarnos en el llamado “conocimiento del corazón”, ese que nos dejó intuir el mismo Lao Tse con la frase que da título a este artículo. Las personas vivimos casi cada día ancladas a este cerebro que nos guía por el camino más objetivo y racional, ahí donde habitan algunos rencores, algunas frustraciones…
Como muchos valores, la idea de generosidad puede variar en función de cada persona y está influida en gran medida por el entorno cultural y social. Por ejemplo, lo que en ciertos lugares puede considerarse un simple acto de cortesía o de educación, en otras culturas puede verse como una manifestación de enorme generosidad.
La generosidad forma parte de la naturaleza humana, por tanto, esta es de suma importancia ya que es una virtud propia de las personas con sentimientos nobles. Generosidad es mantener el ánimo compasivo y tener un corazón atento a los actos que realizan otras personas para brindarles ayuda cuando lo necesitan. La generosidad está basada en el amor hacia los demás; y cuando no sentimos amor por nuestros semejantes, difícilmente sentimos generosidad o bondad. Al amparo de lo afirmado, somos generosos cuando pensamos en las necesidades de los demás y estamos dispuestos a dar de nosotros cuanto es necesario para aliviar los padecimientos que otros sufren. Las personas generosas conocen ampliamente el significado del verbo “dar”, proporcionando no sólo dinero u objetos, sino también felicidad, cordialidad, amor, compañía y tranquilidad. El generoso no pasa un día en que no conjugue los verbos proporcionar, donar o ceder, a sabiendas de que al compartir, disfruta dando.
CARACTERÍSTICAS
CLAVES PARA DESARROLLAR LA GENEOSIDAD
- Anímate a compartir con los demás. Comparte y ofrécele lo mejor que tengas a quien lo necesita. La generosidad es la expresión de una infinita capacidad de amar. ¡No seas indolente!
- Extiende tu tolerancia. Acércate a los demás con una actitud abierta de respeto y aceptación. Recuerda que aun cuando no estés completamente de acuerdo con la forma de actuar o de reaccionar de los demás, cada persona tiene su punto de vista, su forma de pensar y su manera de actuar, al igual que tú.
- Practica la gratitud. No hay mayor fuente de plenitud que el agradecimiento. Reconoce y valora todos los regalos esenciales que recibes cada día, inclusive los más pequeños. Piensa en todo lo bueno y lo positivo que has conseguido hasta este momento.
- evita juzgar. Hacerlo hará que las otras personas se sientan más cercanas a ti y dispuestas a conversar y a compartir. Podrás verlas tal como son para comprenderlas y aprender siempre algo de ellas, a través del intercambio y la generosidad.
- Valora todo lo bueno que otros aportan a tu vida. Es importante aprender a reconocer y resaltar el aporte que otros hacen a nuestra vida. Usar frases de reconocimiento para expresar nuestra gratitud hará que se sientan motivados a vivir la diferencia. Si analizas cada uno de tus logros verás que no hubieran sido posibles sin el apoyo o la participación de otras personas.
- Da sin esperar. Cuando hagas un favor, no te quedes esperando a que te den las gracias o te reconozcan por lo que hiciste. Tampoco te quejes o busques cobrarle a la persona más tarde. Hazlo con entrega, excelencia y generosidad.
- Envía un mensaje de apoyo y cariño. Haz una nota con frases como: ¡Eres especial!, ¡te quiero mucho!, ¡sé que eres una persona exitosa! Y colócala en un lugar donde tu pareja, tus hijos o amigos puedan encontrarla.
- Practica el perdón. Llena tu corazón de amor, y envíale un pensamiento de perdón a esa persona que te hizo sentir herido. Sana el resentimiento y libérate de ese recuerdo.
- Realiza un acto bondadoso. Hacer acciones solidarias, positivas y amorosas -sin interés- nos ayuda a sentir mejor. Infórmate sobre las iniciativas que existen para prestar servicio comunitario y colabora con alguna de ellas.
- Escucha con atención. Prestarle atención a los demás enriquece tu vida y fortalece tus relaciones personales.
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